Una realidad, soluciones diferentes
Escrito por Juan Manuel Ruiz Gutiérrez, secretario general de Juventudes Socialistas de Polanco
{xtypo_dropcap}A{/xtypo_dropcap}fortunadamente vivimos en un país plural, aunque está claro que esa pluralidad se ve afectada por multitud de condicionantes. Si nos hacemos eco de la definición de pluralidad encontramos que significa multitud, número grande de algunas cosas o el mayor número de ellas. En cambio llamamos pluralidad al simple reconocimiento de tener ideas y conceptos diferentes sobre una misma realidad con libertad de expresión, una grandeza de países democráticos.
En general todos coincidimos en una serie de ideas básicas sobre la realidad que estamos viviendo, que paso a describir: reconocemos que no estamos viviendo una crisis aislada y única, sino que estamos padeciendo varias crisis conjuntas e interrelacionadas. Padecemos una fuerte crisis financiera, donde nuestro sistema económico deficitario de crédito ha visto como se ha cerrado de forma drástica el grifo, donde antes te regalaban el dinero ahora ni te lo enseñan. La universalización de los mercados financieros ha permitido que el virus corriera como la pólvora.
Otra crisis es derivada de nuestro bajo nivel de productividad y competitividad; como bien dicen los expertos, cuando el crecimiento de países se basa en cantidad y no en calidad ese crecimiento es limitado y tarde o temprano sufrirá una recesión ya que llegará un momento en que la oferta estará muy por encima de la demanda. Nuestros precios no pueden competir con determinados productos fabricados en países como China por lo que abogamos por potenciar todo aquello que genere valor añadido, apostando por I+D+i, lo cual será la salida hacia un modelo productivo diferente donde el talento sea la pieza fundamental. Los expertos ven otra crisis que engloba a todas, llamada crisis de valores, donde los valores comúnmente aceptados por la sociedad escasean, a lo que se une la búsqueda de una nueva identidad apareciendo nuevos conceptos como la globalización. Además dentro de estos nuevos conceptos se encuentra la idea de la explotación de nuevas fuentes de energías porque vivimos en un mundo grande pero finito, con recursos limitados donde el uso de determinadas energías altera el ecosistema, en el cual el ser humano es completamente vulnerable, pero además tremendamente explotador de esos recursos.
Muchos hablan de crisis ecológica o energética. Por lo tanto, existe una línea común de la realidad que vivimos compartida por todos. Donde hay discrepancias es a la hora de marcar el horizonte que queremos para una sociedad que necesita pertenecer a un mundo más sostenible. Pero vamos a continuar describiendo afirmaciones que compartimos todos: España tiene capacidad para salir de la crisis, está bien posicionada porque los últimos gobiernos han invertido en infraestructuras, en bienestar social, en educación para todos, etc. El que más o el que menos está de acuerdo en que hay que aumentar e incidir en políticas sociales, sin entrar en si son mejores unas u otras. Hay que dinamizar el mercado con medidas eficientes. Estamos de acuerdo, tanto en España como en Europa y yo diría en todo el mundo, que hay que reducir el déficit y, por tanto, hay que aplicar medidas austeras. Todos asentimos con la cabeza cuando alguien afirma que necesitamos crear riqueza, cambiar nuestra mentalidad, asumir nuestros derechos pero también nuestras obligaciones y que hay que crecer en base a tu economía real. Hemos alcanzado puntos en común, pero ahora ¿cómo los afrontamos? Para ello, la primera pregunta es ¿hay que controlar o permitir el descontrol? En función de la respuesta las medidas a adoptar son completamente diferentes.
Si defendemos la línea de que es mejor “no regular”, afianzar el libre mercado, que los bancos realicen las operaciones que ellos estimen oportunas, alentar figuras como los especuladores, intentar que la reforma laboral sea utilizada para realizar recortes en los derechos de los trabajadores con la idea de dinamizar el mercado, potenciar las privatizaciones, apostar por la energía nuclear y desregularizar el mercado energético, las soluciones son muy diferentes a si defendemos la línea de “regular”, es decir, realizar un control a los bancos, apostar por energías renovables que aseguren un desarrollo sostenible, proteger a los trabajadores y ayudar a los mas jóvenes a la inserción en el mercado laboral sin contratos precarios, defender lo público, que todo el mundo tenga derecho a los recursos mínimos en una sociedad de bienestar y asegurar el reparto de la riqueza. Particularmente defiendo la línea del “control”. La crisis que estamos padeciendo viene a refrendar que los gobiernos han tenido que intervenir en el sistema financiero, y eso quiere decir que ha sido necesario que el dinero público fuese al rescate del sistema privado, donde no había regulación, donde algunos han ganado montantes altísimos de dinero, y ahora con el dinero de los que menos tienen hay que hacer frente a las decisiones erróneas de algunos gestores egoístas, solo hay que recordar la caída de símbolos capitalistas como General Motors o Lehman Brothers. Entonces ¿ha llegado el fin del sistema capitalista? Me temo que, aunque se vislumbrase su fin, no existe una autentica alternativa clara de izquierdas, por lo que los gobiernos, tanto de izquierdas como de derechas, tienen el compromiso de resucitar a un sistema que, nos guste o no, es el único tangible que tenemos.
Por lo tanto, si lo que tenemos es lo privado y lo público, por favor no lo enfrentemos, se necesitan mutuamente ya que comparten una interrelación fuerte, por lo que hay que potenciar su complicidad, como así lo llaman algunos expertos. Pero es evidente que, para salir de esta crisis, aún a pesar de que no estemos de acuerdo con las soluciones, ruego que volvamos otra vez al consenso y afirmemos que el Gobierno de España no puede salir solo de una crisis económica donde el actor principal son los mercados y donde la deuda privada duplica a la deuda pública. Por lo tanto, dejemos de ponernos zancadillas, empecemos a tender puentes, porque como hemos visto nos une una columna vertebral fuerte aunque nos separen las extremidades, hagamos entre todos un esfuerzo de compresión por el bien de todos y facilitemos esos puntos de encuentro tan deseados por los ciudadanos y ciudadanas.
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