La última salida de tono del presidente de Cantabria Ignacio Diego en su visita al Hospital de Sierrallana debería hacer recapacitar al presidente cántabro, o a sus asesores. Arrancar carteles reivindicativos no es una actitud válida para un presidente, señor Diego. A usted, y a cualquier representante público, le va en el sueldo aguantar las críticas.
Cuando Torrelavega se encuentra prácticamente sumida en una extremadamente tensa situación social y laboral por culpa de la crisis, a punto de arder, lo que no puede hacer quien ostenta el cargo público de mayor rango en la región es echar gasolina.
Porque quizá un día se produzca una chispa y todo empiece a arder de verdad, y entonces todos nos echaremos las manos a la cabeza. Pero no podremos olvidar las actitudes que nos llevaron al incendio, o lo avivaron echando gasolina.
Clanes delincuenciales se hacen fuertes en determinadas zonas de la ciudad y atemorizan a los…
Vargas se pregunta qué más tiene que pasar en Torrelavega para que la Delegada del…
Los sindicatos anunciarán hoy “las próximas acciones” y reiteran su exigencia de un verdadero plan…
Este nuevo incidente con armas de fuego, sin víctimas, ha tenido lugar entre dos clanes…
Toda la plantilla del turno de mañana y del turno de día secunda el paro…
“Silva oposita a ser el peor consejero de Educación de la historia de Cantabria”, opina…