Por Iván Martínez, concejal de Asamblea Ciudadana por Torrelavega (ACPT)
En primer lugar, quiero dejar claro que la firma aparecida en ese documento no era mía. Tampoco autoricé a nadie para realizarla en dicha moción en mi nombre. Por ello, y respondiendo a tal agravio a mi persona, a nuestra Asamblea y a los más de dos mil personas que apoyaron nuestra candidatura, exigí que se retirase la moción inmediatamente.
¿Quién falsificó la firma y por qué? No nos corresponde responder a nosotros. Pero el hecho de haber retirado la Moción del Pleno y haber recibido disculpas de los ponentes de la moción, no es obstáculo para que tal acto sea una muestra de insensatez, que debería llevar a sus autores a hacer un ejercicio de introspección y cuestionarse si están a la altura del cargo que representan.
Una vez hecha esta necesaria aclaración, veo conveniente hacer una reflexión sobre lo que supone el acto de apoyar con tu firma un texto, unos contenidos, unas posturas políticas etc., como es el caso de las mociones. Antes, hay que aclarar que una moción es (o debe ser) un posicionamiento del Pleno de Torrelavega en relación a asuntos de interés para el pueblo. Desde nuestro grupo intentamos trasladar mociones que permitan, por un lado, trasladar al pleno cuestiones importantes para la gente y, por otro, y más importante, introducir modificaciones que posibiliten cambios que mejoren Torrelavega, sus Servicios Públicos y por supuesto los derechos, prestaciones y las condiciones de vida, de sus ciudadanos, en especial de los más desfavorecidos.
En ese sentido, la moción objeto de controversia era un brindis al sol, un documento sin compromiso alguno, improvisado, en contra de las políticas del PP, una más de las tantas que ya vamos aprobando en esta corporación y que para tan poco han servido. Esa moción únicamente se quería presentar “por presentar algo” e intentar contrarrestar el hecho de que las dos únicas mociones que se presentaban eran las de ACPT (contra la Ley del Aborto y contra la “Ley Mordaza”). Esa moción que a priori iría a parar al cajón y no serviría de nada ha provocado una polémica mediática alentada por aquellas personas que se han repartido el poder durante años en la ciudad y que en estos momentos se han visto relegadas a una segunda fila. Tanto la ex regidora del PSOE, Blanca Rosa Gómez Morante como el Partido Popular están ansiosos por sacar tajada política de toda esta polémica y su ambición ha quedado sobradamente demostrada en todas sus declaraciones.
No sé quién falsificó mi firma ni cuáles fueron sus motivos. Lo que sé es que cuando me ofrecieron firmar esa moción no estaba en el Ayuntamiento, y no pude leerla ni decidir si la firmábamos o no porque me encontraba acompañando y apoyando a una víctima de violencia de género con 2 hijos para que tuviese un techo donde acabar el año. Aunque esto no acapare titulares en prensa, forma parte de la actividad diaria de ACPT, centrada en poner nuestro trabajo al servicio de los problemas de la gente, sin hacer alardes propagandísticos ni esperar palmaditas en la espalda o grandes titulares en prensa.
Nosotros queremos hablar del Dobra, del Torrebús, del Transformador de Lasaga Larreta 33, de los abusos de E.On, de La Turbera, de las Mercancías Peligrosas, defender la Educación Pública en nuestra ciudad, mejorar los servicios sociales, del PGOU, de SNIACE etc., en definitiva, de poner rumbo a esta ciudad sumida en el hastío y la desesperanza. La importancia y urgencia de encarar, entre otros muchos, estos problemas deberían estar por encima de polémicas vacías de contenido. Puro circo surgido de los conflictos de los partidos que se vienen turnando en el gobierno de esta ciudad sin haber sabido resolver ni uno sólo de sus problemas. Nosotros, desde luego, creemos y defendemos otra forma de hacer política y tenemos muy claro qué es lo urgente en esta ciudad.
Si de firmas va la cosa, podemos hablar de muchos tipos de firmas. Por un lado, están aquellas que rubrican falsas “informaciones” que responden a los intereses de lobbies de poder como las compañías eléctricas, la Banca u otros caciques locales fieles al sistema, que deberían preocupar (y ocupar) igual o más. Un ejemplo de esto lo tenemos no hace mucho, en el intento de criminalizar una protesta legítima de unos vecinos desesperados.
Por otro lado, me gustaría recordar la presentación y firma de decenas de mociones a sabiendas de que no se van a cumplir, siendo únicamente gestos de cara a la galería, sin compromisos (Papelera, SNIACE) u otras firmas en mociones enviadas desde los aparatos de los partidos en Santander o Madrid, muchas veces reprobando hipócritamente actitudes y políticas que en el pasado ellos mismos han consumado (Reforma laboral), todo ello envuelto en un silencio cómplice. ¿No dejan de ser falsas también éstas? Falsas y perversas.
No una, sino 10.000 firmas se recogieron exigiendo la retirada de las Mercancías Peligrosas, 3.500 reclamando la protección del Monte Dobra, un millar demandando un parque para Sierrapando, 6.600 firmando el paro y, así, en multitud de casos, por desgracia. Estas firmas representan un gran apoyo popular a viejas reivindicaciones y problemas sin resolver, así como un gran drama social en el último caso. Que una firma no nos haga perder la noción de lo importante: las demandas y problemas de nuestra gente.
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