En octubre de 2012 un grupo de personas se reunieron por primera vez en un garaje del barrio de Nueva Ciudad, en Torrelavega.
Las personas allí presentes ‘veíamos que existían, en nuestro entorno más cercano, carencias en el ámbito cultural’.
‘Faltaban espacios donde poder ofrecer una cultura transformadora, desde un punto de vista social, crítica, creativa…; una cultura al margen de la programada oficialmente desde las instituciones, que, por lo general, es ajena a un sector importante de la población y muy lejana a un concepto cultural crítico’, opina la Asociación Cultural Octubre.
Este colectivo celebra 10 años a contracorriente y han programado un intenso cartel de actividades culturales.
‘La Asociación Cultural OCTUBRE, como respuesta a esas carencias y como una demostración de que, a pesar de las dificultades, es posible ofrecer y generar una actividad cultural transformadora y alternativa, que vaya un poco más allá del simple entretenimiento, que nos haga pensar, razonar, interrogarnos y dudar’.
Durante estos años han llevado a cabo diversas «performances» en la calle sobre temas como la migración, la discriminación de género y otros, todo mediante instalaciones callejeras con una gran plasticidad y capacidad de reflexión, que han sorprendido en varias ocasiones a los ciudadanos.
En este largo trayecto ‘decidimos seguir la línea de la autogestión y el asamblearismo’, ‘al filo de la precariedad’ y las dificultades ‘que han sido muchas’ se han ido solventando con el apoyo de muchas personas y colectivos que han participado de una u otra forma en la vida de la asociación.
‘OCTUBRE existe gracias al empuje y la respuesta de muchas personas que nos han apoyado de diferentes formas, y también hay que decirlo, existe gracias a la implicación y la respuesta de un grupo de voluntarios y voluntarias que decidimos invertir parte de nuestro tiempo libre en un proyecto tan utópico como éste’.
‘Aprovechamos para agradecer a todo el mundo su apoyo, y, sobre todo, a las personas del mundo del arte, la música, el cine, el teatro, el circo, la poesía…, artistas y personas en general, que han pasado por nuestra nave apoyando nuestro proyecto. Diez años pueden ser pocos o muchos, pero estamos satisfechos y satisfechas con lo realizado. Lo hemos hecho con nuestras propias manos, sin ataduras, sin atajos, desde la total independencia, cuestión ésta que nos ha costado tener que pagar algún que otro peaje. Estos diez años como organización son la demostración de que otras vías de actuación son posibles y también necesarias. Como nos gusta decir: ¡Seguimos! ’
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