EDITORIAL-. Vuelta a la realidad tras las Fiestas de la Virgen Grande
Las Fiestas de la Virgen Grande 2022 han sido «épicas e históricas», según la valoración efectuada el pasado martes por el alcalde Javier López Estrada y la concejala de Festejos Patricia Portilla.
Es indiscutible el éxito, gracias a la gente, de las fiestas patronales, con calles repletas de personas agrupadas en Peñas, y con mucha participación y alegría.
Las Fiestas, sin embargo, terminaron el domingo y el balance oficial se hizo el martes. La alegría ya pasada debe quedar en el recuerdo, y dar paso a la cruda realidad que nos espera en la ciudad de Torrelavega.
No se puede vivir de las rentas de un éxito pasajero, hay que volver de manera inmediata al trabajo férreo y arduo de sacar a Torrelavega de la grave crisis económica, comercial, social e incluso anímica en la que se encuentra.
También hay que dejar de gobernar a golpe de «likes» de las Redes Sociales, porque la desconexión entre la vida virtual y la vida real – esa en la que apenas podemos usar la energía, comer o luchar contra la despoblación – es cada vez mayor, y con los «me gusta» de Facebook no se arregla la economía ni la sociedad. Tampoco se arregla nada con «hashtag» casi imposibles de pronunciar.
Gobernar de cara a la galería digital, al postureo de halago y lágrima fácil, es un error sencillo de cometer cuando se confunde la opinión pública con la opinión viralizada, y no es la primera vez que las elecciones, que se ganan en las urnas y no en Facebook, Twitter o Instagram, dan baños de cruda realidad a los políticos que confiaban su comunicación a las redes sociales.
Tras el alegre y brillante paréntesis de las Fiestas de la Virgen Grande, es necesario elaborar un Plan Estratégico, un plan de choque realista y alejado de amiguismos cainitas, con el que podamos decir que Torrelavega estará preparada para detener su hundimiento y afrontar el futuro más allá de estos momentos de incertidumbre.
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